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SIENDO HUMANOS

¿Por qué elegir estas dos palabras cómo nombre de un blog?
Por que básicamente, para expresar un trabajo ya iniciado, debemos nominarlo. Por ello elegimos SIENDO para mostrar nuestro ser en movimiento, inquieto, abierto, en búsqueda permanente de la Verdad, representando así nuestro ser, nuestro hacer o no hacer, nuestra conducta y sobre todo nuestra actitud ante todo lo que a diario nos toca vivir.Es lo ontológico.Y HUMANOS, esta palabra viene de Humus: Tierra. No sólo hace referencia a la tierra en sí, sino a todo lo que ella representa: la necesidad de un cambio de actitud en el tratamiento al medio ambiente, el proceder de la voluntad humana libre, con advertencia del bien o mal que se hace a la Naturaleza en todas sus manifestaciones.
Si cada mañana, al iniciar el día, lo hacemos SIENDO HUMANOS, nuestra vinculación con el mundo, nuestra interacción con los hombres y el medio ambiente, empezará a hacernos sentir en armonía con nosotros mismos y pero sobre todo..... con los demás.


domingo, 29 de noviembre de 2009

Documental "The Cove". Piedad por los delfines

Mientras usted lee estas líneas, al otro lado del mundo, en Japón, da inicio una temporada anual que se extiende hasta marzo y en la que morirán cerca de 23,000 delfines. No por causas naturales, contaminación ni, mucho menos teorías “darwinianas”, sino por la mano humana.

Esta cruda realidad es expuesta en el estupendo y perturbador documental The Cove ,dirigido por Louie Psihoyos y que podría acabar con su sueño de nadar con los delfines o, al menos, alterar esas próximas vacaciones cuya agenda incluía verlos realizar espectaculares actos acrobáticos en algún parque acuático.

Verá, tal y como explica la figura protagónica del documental, el renombrado entrenador de delfines Richard O'Barry, quien por años trabajó para la serie televisiva Flipper a cargo de los animales mamíferos, que “la perpetua sonrisa del delfín es el mayor engaño de la naturaleza porque nos hace pensar que siempre están contentos . Esto no quiere decir que los empleados de los centros que albergan estos animales los están maltratando, pero quizás inconscientemente están formando parte de un espantoso círculo vicioso que comienza en el pueblo de Taiji, Japón.

Por décadas, los pescadores de Taiji han guiado con sus botes a cientos de delfines hasta la costa donde los acorralan con redes. Allí, decenas de personas de varios países pagan hasta $150 mil por cada uno de los que se llevarán para lucrarse de la multimillonaria empresa en la que se ha convertido el nado con delfines. Los comprados son los afortunados. Los que se quedan son inhumanamente masacrados con arpones en una pequeña bahía tan protegida como una base militar. Sus tóxicas carnes, cargadas de mercurio, son vendidas para el consumo humano, pero la mayoría de los japoneses no saben que se las están comiendo.

Escuchar la risa de pescadores japoneses que pintan de rojo la bahía de Taiji al desangrar cientos de delfines que matan anualmente para consumo produjo en mí coraje e indignación. A simple vista, la bahía de Taiji es hermosa y su agua es turquesa. Sin embargo, allí se oculta una de las prácticas más viles que puede hacer el ser humano a estas alturas de la historia: matar a delfines con arpones en una bahía en la que se acorralan delfines bebés y adultos. La vocalización de esos delfines bebés y de los adultos que se comunican entre sí antes de la matanza es un vaticinio, un grito de auxilio para que los seres humanos actuemos y lo evitemos.

El documental The Cove, produjo en mí una reacción similar a la que provocó An Inconvenient Truth, de Al Gore.

Me acosté y consulté con mi almohada: ¿qué puedo hacer yo, para que la gente tome conciencia, denuncie y se comprometa a actuar individualmente en contra de estas horribles prácticas?

La matanza de los delfines en Taiji es la segunda fase; la primera incluye el acorralamiento de los delfines en una bahía mediante la utilización de redes. Hasta allí llegan entrenadores de delfines de parques acuáticos de diversos lugares del mundo para seleccionar a aquellos que les parezcan con más potencial artístico.

A esos seleccionados les toca la agonía del cautiverio. A los demás que quedan en la bahía los asesinan con arpones y los venden para consumo humano, a sabiendas de las peligrosas concentraciones de mercurio que tiene la carne de delfín.

Como ha dictado la historia y como pasa con otros asuntos ambientales, es muy difícil guardar la esperanza de que las naciones se pongan de acuerdo para prohibir totalmente dicha práctica, pero nosotros podemos actuar.

Los invito a adoptar mi compromiso.

Si algún día tengo un hijo, no lo llevaré a un parque acuático, porque pensaré en que ese delfín pudo ser seleccionado en Taiji y que su hermano pudo ser asesinado. Sé que se pagó por él $150 mil dólares en un sucio negocio de lucro personal. Sabré que detrás de esa sonrisa natural del delfín hay sufrimiento, falta de alimentación y una profunda añoranza de su hábitat natural. Cuando vaya al supermercado no compraré latas de atún, ya que en la pesca de éste también caen delfines y tortugas y eso pudiera terminar en mi emparedado. Yo no quiero envenenarme con mercurio. ¿Y usted?

Para ver el trailer del documental hacer clic en el link http://www.youtube.com/watch?v=4KRD8e20fBo


Sara M. Doll, Mario Femenías , Primera Hora.com



jueves, 26 de noviembre de 2009

Hopenhagen, la fuerza de las redes sociales

¿Podría Facebook,Twitter salvar el planeta? Puede que sí…

Mientras la ciudad de Copenhague hace la cuenta atrás de los días que le quedan para acoger la 15 conferencia de Naciones Unidas para el cambio climático (COP-15), el futuro del planeta y de sus habitantes podría estar en las manos de millones de adolescentes.

Desde varios puntos de las redes sociales se está llamando a la acción en Copenhague, ya sea para caminar las calles de una de las ciudades más verdes que existen o para aporrear los teclados de sus dispositivos móviles, tejiendo una maraña de mensajes cargados de esperanza.

Uno de los más llamativos que hemos encontrado es el de la campaña de Hopenhagen, lanzada durante la ‘Semana del Clima’ en Nueva York. A petición de la ONU, la International Advertising Association está aplicando todas sus dotes creativas para poner en marcha una estrategia viral que amplifique la voz de la población más joven en demanda de unos acuerdos ‘definitivos, equitativos y efectivos’ para la COP-15.

Dirigida por Ogilvy & Mather, una importante empresa de comunicación global, la campaña anima a los jóvenes a que se hagan ciudadanos de la comunidad de Hopenhagen, con pasaporte incluido. Con la ayuda de grandes sponsors como Siemens y SAP y el soporte económico de una lista creciente de “Amigos de Hopenhagen” que van desde el Reader’s Digest al Wall Street Journal, Ogilvy ha puesto en marcha la maquinaria.

Los jóvenes pueden lanzar sus micro mensajes de esperanza para la conferencia y luego compartirlos a través de las redes sociales. Lo cierto es que impresiona ver el mapa latiendo con todas los ‘bocadillos’ que van surgiendo en tiempo real desde cualquier parte del globo. Las autoridades de Copenhague lejos de enfadarse por la infracción del cambio de nombre, están encantadas con cambiar la ‘C’ por la H’ (hope = esperanza) y denominarse oficialmente en las banderolas y carteles del aeropuerto y las autopistas.

Hopenhagen es solo un ejemplo de como los jóvenes, con ayuda de las redes sociales, pueden cambiar el mundo. Aquí hay otros ejemplos.


Fuentes: ison21.es, Hopenhagen.org


lunes, 23 de noviembre de 2009

Ser humano: poético y prosaico

Fotografía: Gregory Colbert

Uno de los más inspirados poetas alemanes, Friedrich Höderlin (1770-1843), dijo lo siguiente: «El ser humano habita poéticamente la Tierra ». Este pensamiento lo completó luego un pensador francés, Edgar Morin: «El ser humano habita también prosaicamente la Tierra ».

La poesía supone la creación que hace que la persona se sienta tomada por una fuerza mayor que le trae conexiones inusitadas, iluminaciones nuevas, rumbos nuevos. Bajo la fuerza de la creación la persona canta, sale de la rutina y asume caminos diferentes.

Surge entonces el chamán que se esconde en cada persona, esa disposición que nos hace sintonizar con las energías del universo, que capta el pulsar del corazón del otro, de la naturaleza y del mismo Dios. Por esta capacidad se descubren nuevos sentidos de lo real.

Habitar poéticamente la Tierra significa sentirla como algo vivo, evocativo, grandioso y mágico. La Tierra es paisajes, colores, olores, fascinación y misterio.

¿Cómo no extasiarse ante la majestad de la selva amazónica, con sus árboles cual manos tendidas hacia lo alto, con la maraña de sus lianas y enredaderas, con los sutiles matices de sus verdes, rojos y amarillos, con los trinos de las aves y la profusión de sus frutos?

¿Cómo no quedarse boquiabierto ante la inmensidad de las aguas que penetran lentamente en la espesura y descienden mansamente hasta el océano?

¿Cómo no sentirse lleno de temor reverencial al caminar horas y horas por la selva virgen, como varias veces me tocó hacerlo con Chico Mendes?

¿Cómo no sentirse pequeño, perdido, un bichito insignificante ante su incalculable biodiversidad?

Habitamos poéticamente el mundo cuando sentimos en la piel el frescor suave de la mañana, cuando padecemos bajo la canícula del sol de mediodía, cuando nos serenamos al atardecer, cuando nos invade el misterio de la oscuridad de la noche.

Nos estremecemos, vibramos, nos llenamos de ternura y nos extasiamos ante la Tierra en su inagotable vitalidad y al encontrarnos con la persona amada.

Entonces vivimos el modo de ser poético.

También habitamos prosaicamente la Tierra. La prosa recoge la cotidianidad y el día a día gris, hecho de tensiones familiares y sociales, como los horarios y los deberes profesionales, con discretas alegrías y tristezas disimuladas, pero lo prosaico también esconde valores inestimables. Se descubren tras una larga estancia en un hospital, o cuando regresamos presurosos después de pasar penosos meses fuera de casa.

Lamentablemente son ciegos y sordos y víctimas de la lobotomía del paradigma positivista moderno quienes ven la Tierra simplemente como un laboratorio de elementos físico-químicos, como un conglomerado inconexo de cosas yuxtapuestas.

No, ella está viva, es Madre …La madre TIERRA

Nada más suave que el sereno transcurrir de los horarios y de los quehaceres domésticos y profesionales. Nos da la sensación de una navegación tranquila por el mar de la vida.Poesía y prosa conviven y se alternan de tiempo en tiempo.

Tenemos que velar por lo poético y lo prosaico de nuestras vidas, pues ambos se complementan y están amenazados de banalización.

La cultura de masas ha desnaturalizado lo poético. El ocio, que sería el momento de ruptura de lo prosaico, ha sido aprisionado por la cultura del entretenimiento que incita al exceso, al consumo de alcohol, de drogas y de sexo. Es un poético domesticado, sin éxtasis, un disfrute sin encantamiento.

Lo prosaico ha sido trasformado en simple lucha darviniana por la supervivencia, extenuando a las personas con trabajos monótonos, sin esperanza de gozar del merecido descanso.

Y cuando llega son rehenes de quienes han pensado todo por ellas, organizan sus viajes y les fabrican experiencias inolvidables. Y lo consiguen. Pero como todo es artificialmente inducido, el efecto final es un doloroso vacío existencial. Y entonces les dan antidepresivos.

Poesía y prosa además de ser géneros literarios, expresan dos modos existenciales de ser.

Saber vivir con levedad lo prosaico y con entusiasmo lo poético es indicativo de una vida plenamente humana.


Fuente: Leonardo Boff