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SIENDO HUMANOS

¿Por qué elegir estas dos palabras cómo nombre de un blog?
Por que básicamente, para expresar un trabajo ya iniciado, debemos nominarlo. Por ello elegimos SIENDO para mostrar nuestro ser en movimiento, inquieto, abierto, en búsqueda permanente de la Verdad, representando así nuestro ser, nuestro hacer o no hacer, nuestra conducta y sobre todo nuestra actitud ante todo lo que a diario nos toca vivir.Es lo ontológico.Y HUMANOS, esta palabra viene de Humus: Tierra. No sólo hace referencia a la tierra en sí, sino a todo lo que ella representa: la necesidad de un cambio de actitud en el tratamiento al medio ambiente, el proceder de la voluntad humana libre, con advertencia del bien o mal que se hace a la Naturaleza en todas sus manifestaciones.
Si cada mañana, al iniciar el día, lo hacemos SIENDO HUMANOS, nuestra vinculación con el mundo, nuestra interacción con los hombres y el medio ambiente, empezará a hacernos sentir en armonía con nosotros mismos y pero sobre todo..... con los demás.


sábado, 8 de agosto de 2009

Día del niño: Consumismo infantil

El próximo domingo 9 de Agosto se celebra el Día del Niño. Una fecha propicia para vender juguetes, hamburguesas con carne sintética y cualquier otra cosa que divierta (¿?) a los más pequeños e inocentes de la casa. Como si el bombardeo de los medios de comunicación no fuera suficiente durante todo el año, en la víspera de esta fecha las empresas intensifican su ataque de mercadeo, para alentar el consumismo de grandes y pequeños.

Una revista, cuyo título a mi parecer es muy justo, publicó un artículo en su versión on-line que reza, con la mayor claridad: “Para festejar el Día del Niño, ¿cómo consumimos?”. Reproduzco la última frase “Recuerda que tú puedes ayudarle a tus hijos a ser pequeños consumidores inteligentes. Motivarlos a ahorrar y hacerlos conscientes de sus deseos es parte del camino. ¡Feliz Día del Niño!”

Este es sin duda un texto revelador, con su descarada sinceridad da cuenta del negocio que estas fechas representan para quienes necesitan vender y vender. Las últimas frases, sin embargo, son las más indiscretas “(…) tú puedes ayudarle a tus hijos a ser pequeños consumidores inteligentes”. Eso es lo que en nuestras sociedades modernas es lo que mejor se ha logrado, hacer de todos, sin distinción de edad, excelentes consumidores, pero no por la supuesta inteligencia con la que gastamos el dinero, todo lo contrario, sino por la miopía con la que desangramos los ahorros en un montón de cosas inservibles que no tienen otra función que la de disimular las carencias propias y colectivas y la de apaciguar el desasosiego que causa una sociedad que cada día parece estar más al revés, donde las diferencias se pasean groseramente en medio de metrópolis asfixiadas por el derroche de recursos.

Ahora que sin tapujos los especialistas en mercadeo y los empresarios reconocen que la educación de un “buen consumidor” comienza desde pequeño, vale la pena entonces reflexionar acerca de los padres que incentivan en sus hijos al gasto desmedido, aún cuando son totalmente conscientes del daño que les causan, pues ellos como padres seguramente ya han sido víctimas del consumismo. Se establece así un círculo vicioso en el que el adulto se convierte en víctima y victimario, al repetir aquellas prácticas poco saludables para la formación del niño e incluso para el propio bolsillo.

Atrás quedaron las mal llamadas “campañas subliminales”, ahora “la pelea es peleando”, vende más el que sea más directo y frontal. Los niños, en medio de este torbellino, son doblemente víctimas, tanto de las prácticas consumistas de sus padres como de las empresas que sólo quieren vender sin ningún tipo de compromiso social.
Eduardo Galeano, en su obra “Las Venas Abiertas de América Latina”, lo dice así: “La ciudad hace más pobres a los pobres, porque cruelmente les exhibe espejismos de riquezas a las que nunca tendrán acceso”.

Día tras día, se niega a los niños el derecho a ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.


El Día del Niño fue decretado por la Organización Mundial de Naciones Unidas (ONU) en 1954 “con el fin de promover anualmente un día consagrado a la fraternidad y entendimiento entre los niños y niñas del mundo entero”. Actualmente, esta fecha tiene poco de fraternidad y entendimiento para los niños, porque la cajita feliz no trae adentro los valores que deberían causar bienestar en la sociedad, ni las latas de refresco, ni los álbumes de barajitas de súper héroes ni las series protagonizadas por adolescentes preocupados por la moda y el blackberry, pero todas esas cosas sí tienen el sello de muchas de nuestras propias carencias y diferencias. Representan una guía de consumismo infantil que prepara a los pequeños para el gasto y no para el ahorro, para el capricho y no para la humildad.

Fuentes:revistadelconsumidor.gob.mx-Galeano, E. (2006). Las Venas Abiertas de América Latina (16ª. Ed.) Madrid, España: Siglo XXI editores.

4 comentarios:

Laura de Bife dijo...

Ojalá hoy TODOS los niños del mundo entero, puedan llenarse de magia y de suerte (como dice Galeano)!!!
Y que todos los días de su vida: Desde el niñinito "consumista, hasta el que ni siquiera sabe lo que es eso y está dentro de los pobres (o más que pobres), desnutrido, que no tiene ni qué comer, en nuestro país, en Africa, en la India (por citar algugnos jemplos: TENGAN TODOS LOS DIAS DE SU VIDA MAGIA, SUERTE Y NO SÓLO ESO: LO QUE LES CORRESPONDE COMO NIÑOS, COMO SERES HUMANOS!!!!!
Lau.

Tercera Opinión dijo...

Impresionante artículo, lo suscribo desde el principio al fin. Además la foto es muy impactante.

Vivimos en un mundo donde para matar el aburrimiento hay que consumir. Y eso se enseña a todos desde pequeños.

Te invito a leer un artículo que escribí hace un tiempo sobre el consumismo:

http://www.terceraopinion.net/2009/06/07/cuando-aun-no-habia-crisis/

Un saludo.

Álvaro Leiva dijo...

Laurita
Ojala sea asi..que todos los niños del mundo sean tratados en igualdad de condiciones...que nunca uno solo tenga sufrir de hambre o injusticia. Un abrazo.Alvaro

Tercera Opinion
Eric Hoffer decía: “No se puede tener suficiente de lo que realmente no se desea”, eso significa que nos precipitamos, con una necesidad permanente, pero la pérdida, la sensación de pérdida es que no sabemos que hemos perdido. Lo que hemos perdido es la belleza del mundo y lo compensamos tratando de conquistar al mundo, de adquirirlo, de poseerlo.Ahora visito su articulo. Gracias
por pasar
Alvaro

Anónimo dijo...

Excelente artículo. Podrían hacer un polo con la foto del bebé. Es más, podrían hacer toda una línea de ropa "Anti-Consumo". Podrían promocionarla, distribuirla en tiendas de departtamentos, exportarla, y alcanzar el ¡ÉXITO!

¡Suerte y Éxitos!