Todo parece indicar que estamos asistiendo al inicio de un amplio movimiento social capaz de superar las inercias y obstáculos que dificultan la necesaria r-evolución por la sostenibilidad (expresión acuñada por Greenpeace, que supera la dicotomía entre revolución y evolución). Y es necesario impulsar decididamente este movimiento, porque, estamos a tiempo de paliar y revertir el proceso de degradación, pero no tenemos todo el tiempo del mundo, tenemos que actuar ya.
Uno de los principales obstáculos a la implicación de la ciudadanía en acciones orientadas a la construcción de un futuro sostenible es la extendida percepción de la “irrelevancia” de las acciones individuales. Son muchas las personas que dudan acerca de la efectividad que pueden tener los comportamientos individuales, los pequeños cambios en nuestras costumbres, en nuestros estilos de vida, que la educación puede favorecer: Los problemas de agotamiento de los recursos energéticos y de contaminación –suelen afirmar, por ejemplo- son debidos, fundamentalmente, a las grandes industrias; lo que cada uno de nosotros puede hacer al respecto es, comparativamente, insignificante.
Cálculos bien sencillos muestran, sin embargo, que, si bien las pequeñas reducciones de consumo energético, por poner un ejemplo, suponen un ahorro per cápita pequeño, al multiplicarlo por los millones de personas que pueden realizar dicho ahorro, éste llega a representar cantidades ingentes de energía, con su consiguiente reducción de la contaminación. Hay que insistir, por tanto, en que no sólo no es cierto que nuestras pequeñas acciones sean insignificantes e irrelevantes, sino que se trata de medidas necesarias, imprescindibles, si queremos contribuir al avance hacia un futuro sostenible y a una cada vez mayor implicación de la ciudadanía.
Resulta esencial, sin duda, comprender la relevancia que tienen nuestras acciones –lo que hacemos o dejamos de hacer- y construir una visión global de las medidas en las que podemos implicarnos, no sólo como consumidores, sino también como ciudadanos y profesionales.
¿Cómo podemos contribuir cada un@ de nosotr@s a la construcción de un futuro sostenible?
Posibles compromisos (auto)evaluables |
Reducir el consumo de agua en la higiene, riego, piscinas (ducha rápida, cerrar grifos, …) |
Reducir el consumo de energía en iluminación |
Usar bombillas de bajo consumo |
Apagar las luces innecesarias (vencer inercias) y aprovechar al máximo la luz natural |
Reducir el consumo de energía en calefacción y refrigeración |
Aislar (aplicar las normas adecuadas de aislamiento de las viviendas) |
No programar temperaturas muy altas (abrigarse más) o excesivamente bajas (ventilar mejor, utilizar toldos…) |
Apagar los radiadores o acondicionadores innecesarios (vencer inercias) |
Reducir el consumo de energía en transporte |
Usar transporte público |
Usar la bicicleta y/o desplazarse a pie |
Organizar desplazamientos de varias personas en un mismo vehículo |
Reducir la velocidad, conducir de manera eficiente |
Evitar el avión siempre que posible |
Cargar adecuadamente lavadoras, lavaplatos, etc. No introducir alimentos calientes en el frigorífico… |
Apagar completamente |
Descongelar regularmente el frigorífico, revisar calderas y calentadores, etc. |
Comer más verduras, legumbre y frutas |
Consumir productos de temporada y de agricultura ecológica |
Reducir el uso de papel |
Evitar imprimir documentos que pueden leerse en la pantalla |
Escribir, fotocopiar e imprimir a doble cara y aprovechando el espacio (sin dejar márgenes excesivos) |
Rechazar el consumismo: practicar e impulsar un consumo responsable |
Programar las compras (ir a comprar con lista de necesidades) |
Reutilizar todo lo que se pueda |
Imprimir, por ejemplo, sobre papel ya utilizado por una cara |
Recoger el agua del lavabo y ducha para el inodoro. Recoger también agua de lluvia para riego o inodoro |
No utilizar ni aceptar objetos de usar y tirar (en particular bolsas y envoltorios de plástico, papel de aluminio, vasos de papel…) y sustituirlos por reutilizables, reparándolos cuando sea necesario, mientras se pueda. |
Utilizar productos reciclados (papel, tóner…) y reciclables |
Favorecer la reutilización de ropa, juguetes, ordenadores... donándolos a las ONG que los gestionan |
Rehabilitar las viviendas, hacerlas más sostenibles (mejor aislamiento, etc.) evitando nuevas construcciones |
Reciclar |
Separar los residuos para su recogida selectiva |
Llevar a “Puntos Limpios” lo que no puede ir a los depósitos ordinarios (pilas, móviles, ordenadores, aceite, productos tóxicos...) y no echar residuos al inodoro ni a desagües |
Utilizar tecnologías respetuosas con el medio y las personas |
Aplicar personalmente el principio de precaución |
No comprar productos sin cerciorarse de su inocuidad: vigilar la composición de los alimentos, productos de limpieza, ropa… y evitar los que no ofrezcan garantías |
Evitar esprays y aerosoles (utilizar pulverizadores manuales) |
Aplicar las normas de seguridad en el trabajo, en el hogar... |
Utilizar electrodomésticos eficientes, de bajo consumo y poca contaminación |
Disminuir el consumo de pilas y utilizar pilas recargables |
Contribuir a la educación y acción ciudadana |
Informarnos bien y comentar con otr@s (familiares, amig@s, colegas, estudiantes...) cuál es la situación y, sobre todo, qué podemos hacer |
Realizar tareas de divulgación e impulso: prensa, Internet, video, ferias ecológicas, materiales escolares... |
Ayudar a tomar conciencia de los problemas insostenibles y estrechamente vinculados: consumismo, degradación ambiental, desequilibrios… |
Ayudar a concebir las medidas para la sostenibilidad como una mejora que garantiza el futuro de todos y no como una limitación, impulsando el reconocimiento social de las medidas positivas. |
Estudiar y aplicar lo que un@ puede hacer por la sostenibilidad como ciudadano, profesional (investigar, innovar, enseñar…) |
Contribuir a ambientalizar el lugar de trabajo, el barrio y ciudad donde habitamos… |
Participar en acciones sociopolíticas para la sostenibilidad |
Respetar y hacer respetar la legislación de protección del medio de defensa de la biodiversidad |
Evitar contribuir a la contaminación acústica, luminosa o visual |
No fumar donde se perjudique a terceros y no arrojar nunca colillas al suelo |
No dejar residuos en el bosque, en la playa… |
Tener cuidado con no dañar la flora y la fauna |
Cumplir las normas de tráfico para la protección de las personas y del medio ambiente |
Denunciar los delitos ecológicos (talas ilegales, incendios forestales, vertidos sin depurar, urbanismo depredador…) |
Promover el Comercio Justo: Rechazar productos fruto de prácticas depredadoras (maderas tropicales, pieles animales, pesca esquilmadora, …) o que se obtengan con mano de obra sin derechos laborables, trabajo infantil y apoyar las empresas con garantía. |
Reivindicar políticas informativas claras sobre todos los problemas |
Exigir la aplicación del principio de precaución |
Respetar y defender la diversidad cultural |
Respetar y defender la diversidad de lenguas |
Respetar y defender los saberes, costumbre y tradiciones (siempre que no conculquen derechos humanos) |
Dar el voto a los partidos con políticas más favorables a la sostenibilidad |
Trabajar para que gobiernos y partidos políticos asuman la defensa de la sostenibilidad |
Reivindicar legislaciones locales, estatales i universales de protección del medio |
“Ciberactuar”: Apoyar desde el ordenador campañas solidarias y por la sostenibilidad |
Evaluar y compensar |
Realizar auditorias del comportamiento personal (vivienda, transporte, acción ciudadana y profesional…) |
Compensar las repercusiones negativas de nuestros actos (emisiones de CO2, uso de productos contaminantes…) mediante acciones positivas (contribuir a la reforestación, ayudar a ONGs…) |
Pero la acción educativa no puede limitarse al logro de dicha comprensión, dando por sentado que ello conducirá a cambios efectivos en los comportamientos: un obstáculo fundamental para lograr la implicación de los ciudadanos y ciudadanas en la construcción de un futuro sostenible es reducir las acciones educativas al estudio conceptual. Es necesario, por ello, establecer compromisos de acción en los centros educativos y de trabajo, en los barrios, en las propias viviendas… para poner en práctica algunas de las medidas y realizar el seguimiento de los resultados obtenidos. Estas acciones debidamente evaluadas se convierten en el mejor procedimiento para una comprensión profunda de los retos y en un impulso para nuevos compromisos.
Son muchas las acciones que, desde hace tiempo, se vienen realizando ya, en los diferentes ámbitos, para contribuir a la sostenibilidad, pero es necesario ir más allá: debemos propiciar el establecimiento de compromisos de acción evaluables y revisables, impulsando así una nueva etapa de
¡Podemos hacerlo y vamos a hacerlo!
1 comentario:
maravilloso el comentario. y por sobre todo el empleo de "VENCER LA INERCIA". Esa misma inercia que nos mantiene adheridos a la silla mientras el canibalismo ataca.
Me encanto el post, me voy porque quiero apagar unas luces.
SAUDADES!!!
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