Shampalwe es la madre que no está a causa del veneno gris de una serpiente. Sin embargo, su familia la invocará siempre, cuando es lluvia o abrazo, alimento o manta, fortaleza o grito.
Aquí el feliz texto que Liliana Bodoc nos hizo llegar
Hay un águila coronada que se llama Shampalwe. Hay un águila coronada y libre, que se llama Shampalwe. Y a mí no me queda más que agradecer en mi nombre, y en el nombre de los confines que todos habitamos, por este bautismo.
Liberamos un águila. Y entonces, definitivamente, también nosotros nos liberamos. Porque nadie puede ser libre si no deja ser libres a los otros.
Se fue Shampalwe al mundo que le pertenece. Se fue para hacer posible el cielo. Nosotros nos quedamos aquí para hacer posible la tierra.
Los hombres no somos más que una sucesión de pequeños actos. ¿Quién nos hizo creer otra cosa?.
Por eso somos libres cuando abrimos las puertas de una jaula, somos heroicos cuando protegemos un árbol, somos sagrados cuando dejamos que siga el río. Somos eternos cuando estrechamos un niño en nuestros brazos.
Shampalwe está volando hacia su destino.
La libertad se hizo, así en el cielo como en la tierra.
Liliana Bodoc
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