Conclusión de
Colaboración del Ing. Fernando Galizzi
Bajo el lema “Cambio en el uso de
Problemática
El problema de la degradación del suelo es que precisamente el impacto de ésta puede ser inicialmente leve, y por lo tanto difícil de detectar, pero crecientemente importante, e irreversible, cuando ésta progresa. Lo anterior se complica aún más pues la información relativa a este proceso de degradación constituye en una medida importante un "bien público", cuyo valor no puede ser internalizado en su totalidad por aquel que lo generó. Pero la adopción de prácticas sustentables depende también de los flujos temporales de ingresos y costos que resultan de éstas, y de la preferencia del empresario por estos flujos temporales. La discusión se ha planteado en torno a si los costos del sostenimiento del equilibrio ecológico deben ser soportados por toda la comunidad o por el productor.
Argentina puede llegar a producir 100 millones de toneladas de granos en 7 años, pero existen limitantes para que ello pueda ocurrir. Estas son exógenas (economía mundial) y endógenas (el marco jurídico, infraestructura de puertos, caminos y transporte, sistema financiero y la sustentabilidad de los sistemas de producción). Se requiere de inversiones en estructura de orden de los U$S 8.000 y la duplicación del uso de fertilizantes.
Existe una preocupación que se ha incorporado a la agenda de debate de la opinión pública argentina. Las evidencias científicas disponibles se van acumulando en el sentido de que la combinación: siembra directa más el monocultivo de soja tolerante a glifosato no constituye, en la región pampeana, una alternativa sustentable. Paralelamente, está instalada la percepción, fundamentada en sólidos argumentos técnicos, de que el proceso de agriculturización que se observa en las zonas extra-pampeanas, especialmente el NEA y el NOA, atribuible, en su casi totalidad, a la expansión del monocultivo de soja, constituye un sendero incompatible con la sustentabilidad.
Las diferencias en rentabilidad existentes entre las oleaginosas (fundamentalmente
Los resultados presentados permiten decir que: 1) no es sostenible el monocultivo de soja, 2) la soja continua con siembra directa y coberturas de invierno por gramíneas que dejen rastrojo tendrían tasas de erosión próximas a las tolerables, pero el suelo perdería materia orgánica a mediano y largo plazo, 3) la soja puede integrar sistemas sostenibles para el recurso suelo, tanto en cuanto a tasa de erosión como en cuanto a contenido de materia orgánica, dentro de rotación con pasturas, aún utilizando laboreo reducido. Finalmente, es importante señalar que las rotaciones con pasturas comparadas con los cultivos continuos, utilizan agroquímicos y combustibles fósiles sólo la mitad del tiempo, lo que significa un mérito del punto de vista de las preocupaciones medioambientales contemporáneas.
Cualquier decisión que la sociedad tome, a partir de la situación definida por el conjunto de variables del contexto externo, en el sentido de retornar a planteos productivos que acerquen al punto adecuado de equilibrio socio-económico-ecológico, indefectiblemente va a implicar costos. Por ejemplo, pasar del actual planteo productivo predominante en las 7 millones de hectáreas de la zona núcleo sojera-maicera, a una que incluya rotaciones con ganadería de engorde a base de pasturas permanentes (compatible con la sustentabilidad de largo plazo), implicaría resignar unos 1350 millones de pesos anuales.
Arrendamiento, dueños de campos y sustentabilidad
El negocio agrícola genera una renta determinada que es compartida por los actores o propietarios de los recursos participantes. La viabilidad económica de todo el negocio, depende de su viabilidad ecológica para ser sustentable. Los agricultores y los propietarios de la tierra están navegando en el mismo barco. Ambos dependen de los precios de los commodities, de la evolución de la tecnología y del cuidado del ambiente y del suelo para que el buen negocio perdure.
La sustentabilidad tiene un costo para el productor y para la sociedad. La duración de los contratos de arrendamiento debería ser superior a los tres años para que los costos y beneficios de la sustentabilidad se puedan compartir con los distintos actores del sistema productivo y con la sociedad.
Los dueños de los campos tienen una responsabilidad de igual magnitud a la de los productores en la conservación del suelo. El propietario de la tierra, que por diferentes motivos cede la explotación a un tercero, no es un observador pasivo, es un socio a largo plazo. Es quien determina las condiciones del arrendamiento y también es responsable de que su negocio sea “sustentable”. Seguir obteniendo 6, 8 o 12 quintales de soja de arrendamiento por su campo a lo largo del tiempo depende de los mercados, de las políticas de Estado, de la salud de las empresas agrícolas y de la conservación del recurso. El desafío que enfrentamos como sociedad es lograr el consenso en el diseño e implementación de estrategias de intervención que impliquen una restauración del equilibrio entre eficiencia de corto plazo y conservación de la base de recursos naturales, con una distribución equitativa de los costos asociados.
Para terminar
La tecnología ha permitido y sin duda permitirá en el futuro compensar en parte las pérdidas de productividad por el deterioro de los suelos.
Sin embargo, el problema ambiental adquiere importancia singular en un contexto económico global, sobre todo en las economías desarrolladas que valoran de manera creciente la calidad del entorno. La demanda de alimentos saludables, la trazabilidad exigida en algunos productos y procesos, la
garantía de buena gestión ambiental, las etiquetas "verdes", los protocolos de producción orgánica o natural son, entre otros, factores que regularán el futuro comercio agropecuario. Como estos elementos pueden jugar decisivamente en los mercados más exigentes y de mayor poder adquisitivo, es previsible que el problema ambiental aparezca cada vez más vinculado a aspectos económicos y comerciales.
1 comentario:
este articulo es muy bueno ya que es de mucha importancia el dia mundial del suelo
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