La falta de contacto con la naturaleza y la circunstancia de que los niños pasen cada vez más tiempo puertas adentro (donde pueden enchufar sus ordenadores, playstations y demás tecnológica) parece preocupar cada vez más a un número creciente de padres.
En un fenómeno que tiene mucho de contagio vírico, la inquietud ha propiciado el nacimiento de un sinfín de grupos a lo largo y ancho del mundo empeñados en rehabilitar a los más pequeños de lo que el periodista Richard Louv llama "la pérdida de intimidad con el mundo natural".
"Para las nuevas generaciones, la naturaleza es más una abstracción que una realidad", explica Louv, autor de un luminoso 'bestseller' que ha dado carta de ciudadanía a un pujante movimiento empeñado en contrarrestar las consecuencias psicológicas, sociales y "espirituales" que acarrea este déficit de experiencia verde. "Es muy probable que un niño de hoy pueda hablarte del clima de la selva amazónica, pero difícilmente podrá hablarte sobre la última vez que exploró un bosque en solitario o que se tumbó en el campo a escuchar el viento y a mirar pasar las nubes", señala el autor de "El último niño en el bosque".
Por la revolucionaria vía de llevar a los niños "de vuelta" al campo, diversas plataformas ciudadanas se están abocando a la tarea de recuperar los escenarios al aire libre como un lugar insustituible para la recreación y el aprendizaje, proporcionando a cada chico la ocasión de experimentar directamente la naturaleza.
La campaña para "reconectar" a los más pequeños con los entornos naturales cuenta con el aval de numerosos estudios que certifican los beneficios que para el desarrollo psicofísico de los menores trae el simple corretear por los parques. La idea está siendo utilizada, además, como un socorrido recurso para paliar la epidemia de obesidad que provoca un estilo de vida cada vez más sedentario.
Todavía perplejo por el éxito editorial de 'Ultimo niño en el bosque: Salvando Nuestros Niños del Desorden de Deficiencia de Naturaleza',sostiene que los niños están tan obsesionados con la televisión y los juegos video que han perdido su conexión al mundo natural. Esta desconexión que entronca con el panteísmo de H.D. Thoreau o Walt Whitman , Louv mantiene, ha llevado no sólo al deterioro agudo de la salud entre nuestra juventud (incluyendo la obesidad), sino también a la larga a problemas de salud mentales y espirituales.
Su trabajo ha estimulado un movimiento mundial para presentar a más niños las maravillas de la naturaleza a través de diversas actividades tanto planeadas como espontáneas. Louv ha comentado que el extraordinario pulso de esta cruzada neonaturalista nace de la convicción de que "en la naturaleza los niños son una especie en peligro". Pero, sobre todo, nace de la certeza de que "la salud de los menores y la salud del planeta están relacionados".
Referencias: Sergio Sotelo,Soitu,Portal Forestal,Richard Louv
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