El 81 por ciento de los niños que habitan la comunidad de Abra Pampa, en la provincia de Jujuy, tiene plomo en sangre en cantidades dañinas para su salud, según un estudio de la Universidad de Jujuy encargado para evaluar el impacto de la actividad de compañías mineras en la región. "Los límites máximos permitidos en Argentina son de 10 microgramos de plomo por decilitro de sangre pero hay países que bajaron esos límites", la "literatura científica dice que a partir de cinco miligramos los niños tiene daño neuromadurativos". Como ejemplo de lo que marcan las estadísticas están los casos concretos como el que cuenta Raúl García, habitante del barrio 12 de Octubre, que tiene cuatro hijos. Uno de sus niños, de 16 años y que aparenta 9, tiene 23,3 microgramos de plomo por cada decilitro de sangre y otro, de apenas un año, una medida de 41,3 de plomo.
En 2007, TN Ecología mostraba imágenes de Abrapampa, Jujuy. El locutor introducía el tema con remembranzas de tejedoras y técnicas de teñido mientras el videograph acompañaba con una leyenda que informaba que el 80% de los niños del lugar tenían altísimos niveles de plomo en sangre. Lo podemos ver en:
El testimonio de la madre jujeña es claro, simple, directo. Y sus palabras están legitimadas por la voz de la legalidad. Al menos en el tramo de la denuncia realizada por un Fiscal Federal. Ver:
El informe formó parte de las denuncias que realizaron comunidades de La Puna ante la Justicia federal por contaminación ambiental producida por mineras, con énfasis especial en Metal Huasi, una fundición abandonada. "Un 81 por ciento de la población infantil muestrada tiene valores por arriba de cinco microgramos por decilitro en sangre, o sea, que es población infantil en riesgo", precisó la titular del Grupo de Investigación Química Aplicada (INQA) de la Universidad de Jujuy, Graciela Bovi.
Los valores corresponden a un muestreo de 234 chicos de entre 5 y 12 años habitantes de este pueblo puneño en el que permanece abandonada –desde hace 25 años– la fundición Metal Huasi, que generó una montaña de escoria de metal de "unas 10 mil toneladas", según comentó la especialista. "Acá no es sólo lo de Metal Huasi, es la basura, la cloaca, los carros atmosféricos que descargan a cielo abierto. Arruinaron las vidas de nuestros hijos que no pueden estudiar ni trabajar", se indignó la dirigente kolla Rosario Quispe, quien en marzo pasado fue invitada a la Universidad de Harvard, en los Estados Unidos, para contar su experiencia de gestión comunitaria exitosa.
La terrible situación que se vive en Jujuy se ha hecho pública a través de varios medios masivos de comunicación y ha seguido los canales procesuales pertinentes. Pero no se han hecho eco de la misma aquellos que tienen la responsabilidad de hacerlo en la medida que corresponde. El plomo sigue en la sangre de los niños de Jujuy.
Permítanme ahora sumar un breve relato, un nombre y un apellido:Natalia Mechaluca es una maestra de Rosario que decidió trabajar en la la Escuela N 245 Teresa Monay, Carahuasi, Jujuy, hace casi un año. Sus análisis de sangre arrojaban 15mg de plomo hace menos de un mes. Hoy presentan 18mg. A pocos kms. del lugar funciona una mina. En muchos de los alumnos de Natalia el nivel de plomo supera los 30 mg. Entre las 3 escuelas más cercanas a la mina hay 17 casos de cáncer en personas mayores y 13 entre los más chicos.
"La Mecha" recibe innumerables mensajes desde que conocimos su historia y ella los siente una ayuda. Les cuenta a sus alumnos y a la comunidad que hay "hormigas" trabajando. Ella es una de esas hormigas y no baja los brazos aunque cada vez se siente peor.
Ponerle palabras a estas vidas no es poco y es lo que estamos haciendo. Pero de poco valen las palabras si no les ponemos vida.
No podemos decir que no lo sabemos. Los funcionarios responsables menos aun.
Referencias: Telam, Delia Nilda Bulzomi, Puerta E
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