El informe ofrece varios consejos ecológicos y económicos para hacer frente al calor estival sin hacer uso del aire acondicionado, o cuando menos, para utilizar este sistema de refrigeración evitando un consumo innecesario de energía. De esta manera, además de reducir el impacto sobre el medio ambiente, se ahorra en la factura eléctrica, y se disminuyen las posibilidades de los temidos cortes en el suministro eléctrico por sobrecarga en la red.
El consumo de electricidad para la refrigeración en los sectores residencial y servicios supone el 11,1% del total, de los cuales el 98% corresponde al sector servicios. No obstante, el aumento está siendo bastante significativo en el sector doméstico.
El medio ambiente es uno de los más perjudicados por este incremento, puesto que estos aparatos consumen mucha electricidad, lo que agrava el problema del calentamiento global. Aunque hay equipos que consumen hasta un 60% menos de energía que otros similares, las ventas mayoritarias se dan en los equipos de más gasto energético. La cantidad de energía utilizada en refrigeración en verano equivale al consumo energético de una ciudad durante 4 meses. Asimismo, los equipos de refrigeración pueden tener fugas del fluido refrigerante, que utilizan gases de efecto invernadero.
El aire acondicionado no sería necesario en muchas ocasiones si los edificios y casas siguieran criterios de construcción ecológicos. Este tipo de construcciones cuentan con un buen aislamiento, unas formas compactas y redondeadas, fachadas con colores claros, orientación norte en las zonas cálidas, están rodeados de vegetación y de elementos de agua y tienen sistemas de protección solar como toldos, persianas, voladizos o aleros. Estas características les hacen ahorrar en calefacción y refrigeración hasta un 35%, y si además se tienen en cuenta criterios bioclimáticos, el ahorro puede alcanzar el 80%. A pesar de la toma de estas medidas, puede que el calor siga resultando molesto, por lo que sea necesario utilizar algún dispositivo. El informe recuerda que hay otros sistemas que consumen menos electricidad que el aire acondicionado, como los ventiladores. Al mover el aire, estos aparatos disminuyen la sensación de temperatura entre unos 3 y 5° C, más que suficientes en muchas ocasiones. Otra opción económica, sobre todo para zonas secas, son los sistemas evaporativos, que consiguen humedecer y refrescar el aire en varios grados.
Cómo usar un aire acondicionado eficiente
El informe no se cierra a la instalación de sistemas de aire acondicionado, si el consumidor sigue sin sentirse cómodo, pero ofrece unas recomendaciones para que el aparato sea lo más eficiente posible:
· Adquirir aparatos con etiqueta energética de clase A, aunque el informe critica que, a pesar de ser obligatorio, no siempre se encuentra esta información, por lo que el consumidor debe exigirla.
· Escoger un equipo con sistema Inverter, que reduce el consumo de electricidad entre un 30% y un 50% .
· Seleccionar el aparato que mejor se ajuste a las necesidades reales, y dado que son muchos los factores que intervienen, recomienda la visita de un técnico antes de comprarlo.
· Regular el termostato entre 24 y 26° C, y nunca por debajo de 22° C, puesto que consume más energía y aumenta la posibilidad de resfriados, faringitis y otras infecciones respiratorias.
· Apagar el aparato cuando no haya nadie en la vivienda y unos cinco minutos antes de acostarse.
· Limpiar los filtros al menos una vez al mes, para sacar el máximo rendimiento del aparato.
· Mantener cerrado el espacio al que se destina el aire acondicionado, especialmente en los locales comerciales, donde las puertas abiertas obligan a los equipos de refrigeración a funcionar a máxima potencia.
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