Fuente:V.Gawel&E.Sosa
Colaboración de Alicia
Digámoslo sin anestesia: quizás sea cierto lo que dicen los amargos y los desmaravilladores:"LA" Felicidad... no existe.
Por lo cual desearle a alguien "Que seas feliz" puede implicar una triste ingenuidad. Pero... cuidado! Cuidado, señores desmaravilladores, que "LA" Felicidad podrá no existir... pero sí existen "LAS" Felicidades.
Así: en coro, pequeñitas pero bien vivas, como mariposas o libélulas. Rara vez las felicidades andan en bandada. Pero de pronto le sorprenden a uno, como un colibrí que entró por la ventana.
Y ahí sí: desearle a otro, como en esta época del año, "FELICIDADES!!" puede representar algo posible. La palabra "feliz" viene de una antigua raíz indoeuropea que significaba "amamantado". Y es que es así: las Felicidades son pequeños momentos en los que nos dejamos amamantar por la Vida. Las Felicidades son delicadas como esas flores que crecen en una grieta del cemento: hermosas, singulares... y pasibles de ser fumigadas hasta la raíz. Pero no por lo otros, es uno mismo quien deja la ventana abierta para sus Felicidades.Uno mismo las elabora, artesanalmente, no puede comprárselas. Y uno mismo a veces, torpe e ignorante, las fumiga hasta exterminarlas. Y, claro, uno es muy dueño de hacerlo. Si prefirieras esta opción, aquí va una receta infalible, que hemos delineado paso a paso:
Receta para fumigar Felicidades
1) Compárese con otros momentos que uno haya vivido en el pasado, en que "SÍ era feliz" , y compadézcase de sí mismo porque ya no se es tan joven, o porque ya no están aquellas personas en su vida, o porque la infancia ya pasó, o porque "el mundo está peor que en aquellos buenos tiempos"...
2) Compárese con lo horrible que va a sentirse en el futuro si pierde lo que hoy le hace feliz: personas queridas, su salud, su juventud, su gato....Piense en detalle las futuras catástrofes y elíjase darle combustible con la imaginación a la que más angustie; diciéndose a sí mismo "Lo bueno dura poco"...
3) Compare con la felicidad que aún no tiene, y dígase a sí mismo que sí podría ser feliz, PERO "el día en que la vida le dé a uno lo que aún le falta" : un gran amor, un hijo que aún no nace, un mejor trabajo, más dinero, que se vayan los vecinos ruidosos....
4) Compare con la Felicidad que supuestamente otros sí viven, porque los muy condenados SÍ tienen lo que uno no: una pareja feliz, una familia feliz, menos soledad, una salud perfecta, un pasado menos denso o las vacaciones soñadas... Imagíneselos felicísimos .No importa que no sea real: con imaginación uno podrá lograrlo.
5) Júrese a sí mismo que no hará nada para propiciarse las felicidades posibles; siéntese en una silla, en una plaza, o en la mesa familiar, a esperar eso que espera tantísima gente:QUE OTRO LE HAGA FELIZ. No es que nunca suceda que un otro pueda darnos felicidades: el secreto de amargarse es EXCLUSIVAMENTE quedarse a la espera de ese gesto, de esa actitud, de que el otro por fin cambie, o de que aparezca esa persona ideal que aún no ha aparecido.Pero si, en cambio, te has vacunado contra este proceso de fumigación, si lo has antidotado aprendiendo a apreciar lo que la vida SÍ da, si has renunciado a lo que no es, para dar espacio a LAS FELICIDADES POSIBLES, te avisamos que la receta no te dará resultado:serás uno de esos obstinados que andan amamantándose con la vida, libando pequeños néctares. Como el colibrí.
No es fácil, claro, pero estar atentos a cuándo estamos fumigando el instante, y quizás atinar a corrernos de esa actitud, ya es un gran logro. Así que te deseo, entonces, no "LA" Felicidad, pero sí, sinceramente, algo posible, algo verdadero: FELICIDADES!
Y ojala recuerdes lo que significa cada vez que se lo desees a quienes aprecies...
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