Por Álvaro Leiva
Fuentes: Heart Day Network; David Takayoshi Suzuki Consejero Internacional Día de la Tierra; Ecosofía; Teólogo Leonardo Boff .
En el año 1962, el senador norteamericano Gaylord Nelson comienza a hacer lobby político para que el tema medio ambiental forme parte de la agenda gubernamental del presidente John Kennedy. Después de varios años de trabajo social y político, en 1969 aprovecha los ímpetus de la airada protesta civil contra la guerra de Vietnam, y convoca a una gran manifestación popular donde las personas de todo el país expresan su preocupación por el manejo del tema medio ambiental a nivel nacional. En noviembre de ese año, el New York Times en palabras de Gladwin Hill, publica: "La conciencia sobre la crisis medioambiental está arrasando los campus universitarios con una intensidad sólo comparable con el descontento con la Guerra de Vietnam... por ello las oficinas del senador Gaylord Nelson planifican un día nacional para conversar sobre los problemas medio ambientales... para la próxima primavera."Así, el año 1970, el día 22 de abril (equinoccio de primavera en el hemisferio norte) se celebró por primera vez el Día de la Tierra. Más de 20 millones de personas respondieron a la convocatoria, estableciendo en sus comunidades, universidades y colegios, una plataforma de difusión y discusión sobre el medio ambiente y sus principales problemas.También en 1970 el senador Nelson funda la Red del Día de la Tierra (o EDN por sus siglas en inglés), que como institución de carácter global, promueve la celebración del día de la Tierra como una instancia de reflexión y acción en favor del medio ambiente. Esta red busca favorecer el compromiso cívico de los escolares, educar a los ciudadanos como consumidores responsables y movilizar a los medios de comunicación, a las escuelas y a los gobiernos locales en torno a acciones de protección medio ambiental.
¿Cómo lo celebramos?
En el Día de la Tierra todos estamos invitados a participar en actividades que promuevan la salud de nuestro planeta, tanto a nivel global como regional y local. Estas actividades tienen el objeto de llamar la atención, educar, y fortalecer el compromiso público respecto de las cuestiones ambientales. Alientan la continuidad de la acción educativa y de los demás emprendimientos a favor del medio ambiente.Los medios de comunicación se hacen eco de las múltiples iniciativas planeadas para este día. En todos los rincones del mundo se lanzan propuestas para conmemorar este día: desde seminarios y debates con expertos en el tema hasta festivales que promueven el cuidado ambiental. Chicos y grandes podrán tomar contacto con tareas ecológicas: reciclado, cuidado de animales, uso de bicicletas para evitar la contaminación y jornadas educativas en los colegios serán algunas de las actividades.
Es interesante citar palabras emitidas por David Suzuki, Consejero Internacional del Día de la Tierra: ¨ El mayor reto que enfrentamos es volver a descubrir nuestro lugar en este planeta. Nuestra inventiva nos ha permitido vencer virtualmente cualquier barrera ecológica, de manera que habitamos y explotamos todos los lugares del mundo. Pero tal como sucede con las especies exóticas cuando llegan a nuevos entornos, carecemos del equilibrio necesario para que con nuestras actividades nos mantengamos en armonía con todos los demás.¨ Y en otro párrafo indica: ¨ Somos solo una entre tal vez diez a quince millones de especies y la calidad de nuestras vidas depende totalmente de la salud y vigor de la red de seres vivientes que limpian el aire y el agua, que originan el suelo, que capturan la luz solar y nos suministran alimentos y recursos. Somos animales, seres biológicos genéticamente relacionados con todas las otras formas de vida, dependientes de ellas y entrelazadas en todo lo que hacemos ¨
Educación ecocentrada
No podemos vivir sin el medio ambiente -con sus ecosistemas- que incluido el ser humano forman el medio ambiente entero. Somos un eslabón de la comunidad biótica. La humanidad no está frente a la naturaleza, ni por encima de ella, como su dueña, sino dentro de ella, como parte integrante y esencial. Participamos de una comunidad de intereses con los demás seres vivos, que comparten con nosotros la biosfera. El interés básico común es mantener las condiciones para la continuidad de la vida y de la propia Tierra, considerada como un superorganismo vivo.
Entre los educadores ambientales se impone cada vez más esta perspectiva: educar para el arte de vivir en armonía con la naturaleza, y proponerse repartir equitativamente con los demás seres los recursos de la cultura y del desarrollo sostenible. Necesitamos estar conscientes de que no se trata solamente de introducir correcciones al sistema que creó la actual crisis ecológica, sino de educar para su transformación. Nos hace descubrir al ser humano como el cuidador del Jardín del Edén que es nuestra Casa Común, y el guardián de todos los seres, ya que la Tierra se ha vuelto, de hecho, el oscuro y gran objeto del cuidado y del amor humano. No es el centro físico del universo como pensaban los antiguos, pero se ha vuelto en los últimos tiempos el centro afectivo de la humanidad. Sólo tenemos este planeta para nosotros. Desde aquí contemplamos todo el universo. Aquí trabajamos, amamos, lloramos, esperamos, soñamos y veneramos. A partir de la Tierra hacemos la gran travesía rumbo al más allá.
Lentamente estamos descubriendo que el valor supremo es asegurar la sobrevivencia del planeta Tierra y garantizar las condiciones ecológicas y espirituales para que la especie humana se realice y toda la comunidad de vida se perpetúe.
Ser humano y naturaleza se pertenecen mutuamente, y, juntos, deben construir un camino de convivencia no destructiva.
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